29 de abril de 2013

¿Las vacaciones Soñadas?


Este pasado 26 de abril los muerto vivientes de Techland han regresado a Pc, Xbox360, y PS3, en este nuevo título de acción y rol, Dead Island Riptide, que añade nuevas mecánicas de juego basadas en la necesidad de fortificar una posición con diversos recursos defensivos para sobrevivir a las oleadas de zombis. 


Una de las grandes sorpresas desde el punto de vista comercial del año 2011 fue el primer Dead Island, un videojuego bastante hardcore desde la óptica jugable que mezclaba con habilidad géneros como el rol, la acción, el cooperativo o el terror. Al producto le benefició notablemente una inteligente campaña promocional que supo sacar partido de un brillante tráiler de anuncio, algo que sirvió como punto de partida para atraer la atención de un público todavía ansioso de grandes historias de zombis. Techland nos ofrece un título muy respetuoso con el original que vuelve a plantarnos en un lugar paradisíaco asolado por una nueva infección zombi. Repiten protagonistas de la pesadilla, vuelve la libertad radical y redundan también las bases más puramente relacionadas con el entretenimiento, así que tenemos entre manos un lanzamiento continuista y menos sorprendente, pero no por ello desechable o al que no merezca prestar atención.

Al contrario que la primera parte, Riptide apuesta por aportar más localizaciones y estilos de decorado que el Dead Island, y muestra esa intención de desmarcarse ya desde el primer minuto de campaña. El programa se abre con la clásica elección de personaje, una interesante opción que nos permite no sólo escoger al protagonista sino también importar a nuestro héroe del juego original directamente a Riptide si lo deseamos. De hecho éstos son los mismos que en la primera parte, lo que supone el retorno de Logan, Purna, Xian, Sam B., pero también el debut de un John Morgan que en Dead Island estaba relegado a papeles secundarios y que aquí es uno de los miembros de la baraja de cinco que, cada uno de ellos, tiene sus fortalezas y debilidades. El uso de uno u otro no sirve para cambiar drásticamente la partida, pero armando un equipo cooperativo con otros tres jugadores las virtudes y defectos de cada uno de ellos contribuyen a fomentar un trabajo que no llegaríamos a definir como de "labor en equipo", pero que sí resulta más compensado.

El planteamiento de acción con gotas de rol de la serie se construye sobre una enorme libertad y un concepto libre para que nos desplacemos por donde deseemos: vehículos incluidos. Si algo hace Riptide es poner todo lo que nos cuenta al servicio de la experiencia jugable, así que nunca veremos cómo su exigua historia se interpone en nuestro camino. Somos nosotros en todo momento quienes trazamos nuestra vía en la aventura, y todo se reduce a hacer avanzar a nuestros protagonistas a base de muertes y cadenas de favores. Sin embargo al final casi todo lo que hacemos tiene que ver con limpiar zonas de muertos vivientes, y la idea del título es la de hacernos sentir angustiados en todo momento. No sólo porque nuestros enemigos son zombis, lo cual provoca cierta congoja por motivos obvios, sino porque el arsenal es limitado y se desgasta.
El apartado gráfico del primer Dead Island fue una parte muy interesante del programa, pero estuvo también lejos de ser una de sus grandes virtudes. El juego resultaba efectivo, pero casi más por la elección de un telón de fondo tan llamativo y vistoso como el de un paraíso tropical que por un acabado visual realmente sorprendente. Riptide, además, opta por un trabajo estético muy similar al de su predecesor, así que no observamos ni grandes cambios ni demasiadas sorpresas. El trabajo sobre los zombis, por ejemplo, vuelve a ser bueno, aunque la mayoría de los modelos son directamente reciclados de su predecesor. Lo mejor que se puede decir de los no-muertos es el nivel de casquería que alcanzan nuestros combates con ellos, capaces de destrozarlos literalmente a golpes o de sufrir daños tan desagradables como decapitaciones, desmembramientos o incluso cabezas que se abren como un melón. Los NPCs, que tienen menor presencia como es lógico, no brillan tanto, y se nota que el trabajo sobre ellos ha sido netamente inferior en términos de dedicación. No sólo hablamos de los rostros, que deslucen bastante en los primeros planos cuando conversamos con ellos, sino también de los conjuntos de animaciones que tampoco rayan a gran altura. En cuanto a calidad de las texturas y carga poligonal el resultado es algo mejor, y es lo que les acaba aportando un look más vistoso a cierta distancia. Los escenarios, por su parte, gozan de mejor acabado, y definitivamente resultan algo más variados que en la primera entrega, algo que a lo que contribuye un sistema de clima que garantiza pequeñas sorpresas como, por ejemplo, la lluvia. Y es que retornan los complejos hoteleros y las zonas de fuerte carga selvática, pero la fuerte presencia de las aguas y alguna que otra sorpresa nos dejan un conjunto algo más diverso.


En conclusión Riptide es continuista y sin apenas sorpresas, se limita a hacer los deberes y a ofrecer más de lo mismo para los que terminaron Dead Island y quedaron con ganas de más. Nos hubieran gustado más cambios y novedades, pero con sus montones de cosas que hacer, su divertido cooperativo y su visceral y profundo planteamiento sigue construyéndose como una experiencia a caballo entre la acción y el RPG de lo más interesante.

Trailer del Juego:


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