13 de mayo de 2013

No es solo un FPS


Para este 17 de mayo nos llega de la mano de los creadores de Metro 2033 la secuela que bajo y sobre el sueldo de Moscú nos vuelve a poner en la piel del superviviente Artyom, en busca de la última luz para la supervivencia humana. Nos encontramos ante una secuela bastante continuista, que refuerza todos los puntos fuertes del Metro 2033, e intenta subsanar algunos de sus errores, como la inteligencia artificial de los enemigos. La historia esta vez se desmarca de los libros escritos por Dmitry Glukhovsky. Si el primer juego seguía con mayor o menor fidelidad los acontecimientos del libro, esta segunda parte no tiene nada que ver con la novela Metro 2034, aunque por suerte el creador de este universo, Glukhovsky, ha estado implicado en el desarrollo del juego, en escribir su guión, de manera mucho más intensa que con la primera parte. Estaremos inmersos en un conflicto entre dos grandes bandos, fascistas y rojos, que están a punto de comenzar una terrible guerra civil, mientras parte de la población de los túneles del metro, sin posicionarse en ninguna de estas dos facciones, simplemente se limita a sobrevivir.


Como en la primera entrega, la mayor parte del juego transcurrirá en los túneles del metro de Moscú, aunque a veces saldremos al irrespirable mundo exterior, equipados con una máscara de gas. Una vez a salvo de esta incursión exterior, tenemos tiempo para explorar una de las ciudades subterráneas, momento en el que el juego luce en todo su esplendor gracias a la excepcional ambientación, escuchando y viendo a los habitantes en sus quehaceres diarios, desde soldados, artistas y comerciantes a un borracho que se tambalea hasta estamparse contra el suelo, y otras situaciones bastante curiosas e interesantes, que dan la opción al jugador de quedarse parado contemplando y escuchando o bien seguir con su viaje hasta la siguiente escena de acción, sin prestar atención al rico universo de Metro.
Uno de los momentos más peculiares se produce al entrar a un teatro, donde podemos contemplar una actuación de cancán, con unas bailarinas ligeras de ropa, y después a un domador de vigilantes, las temibles criaturas que nos atacan durante el juego. También durante esta escena de exploración, podemos pararnos en las tiendas y comprar nuevas armas o mejorar las que ya tenemos acoplándoles todo tipo de accesorios como distintas mirillas, silenciadores, etcétera. Como en Metro 2033, el dinero son las balas militares, las de calidad, mucho más efectivas contra los enemigos, pero claro, no dejamos de estar disparando dinero, y esta munición escasea, teniendo que utilizar la de peor calidad, menos potente y más traicionera.

A diferencia de la primera entrega, ahora jugando en dificultad normal los recursos abundan, de manera incluso un tanto exagerada. Cada cuerpo enemigo nos suelta unas cuantas balas, explosivos, botiquines y es complicado quedarse sin alguno de estos recursos, algo que era muy habitual en Metro 2033. Por ello recomendamos desde ya que el que quiera una experiencia similar a la del juego original lo comience en difícil, ya que una de las gracias del primer Metro era esa escasez de recursos, que hacía que tuviéramos que administrar bien las balas y buscar objetos por todos los recovecos de los escenarios, una exploración que sigue presente.

Si nos liamos a tiros, las cosas se ponen complicadas, las alarmas retumban y no dejan de venir rivales, con una inteligencia artificial bastante mejorada respecto a 2033. Todavía queda margen de mejora, y por ejemplo cuando vamos en sigilo ocultándonos entre las sombras, nos ha dado la sensación de que los enemigos son un poco cegatos, y aunque te descubran, si te escondes rápidamente es como si no hubiera pasado nada. Jugamos a una beta, aunque sospechamos que tiene más culpa de esto el hecho de haber jugado en nivel de dificultad normal que el estado de desarrollo del juego. Además de los tiroteos y la infiltración, es muy interesante el toque survival horror, provocado por las criaturas que pueblan el mundo de Metro, los vigilantes, y la tensión que han plasmado en algunas escenas.

                                           

En conclusión por muy cansado que estés de juegos de acción en primera persona, el desarrollo de Metro: Last Light te atrapa, gracias a su gran ambientación, elaborada historia, y planteamiento jugable muy variado, donde hay lugar para la acción más intensa, el sigilo o incluso el terror y la tensión. A todos aquellos que os gustó Metro 2033, que no sois pocos, iros frotando las manos, esta secuela no defrauda para nada, y está a la altura de las expectativas. Si estáis hastiados de shooters genéricos y sin personalidad, Metro: Last Light viene a demostrar que el género todavía tiene mucho que decir.

Por Antonio B. García (@maxtoin), publicado el 12/05/2013 en El Día (@eldia).

Os dejamos el trailer del Juego


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